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Ferrocarriles Eléctricos Privados de Chile. Trenes Urbanos, Rurales e Industriales.
Autor: Harold Middleton

Hacia fines del siglo XIX, Chile contaba con recursos naturales para desarrollar su industria tanto minera como la agrícola, pero no entraba todavía de lleno en el frenesí; de la revolución industrial. Esto por una falta endémica de capitales y métodos de transporte económicos que rentabilizarán los negocios.
Será el esfuerzo de un puñado de emprendedores, tanto nacionales como extranjeros, los que traerán a las faenas la electricidad que alumbrará; el nuevo siglo y moverá las nuevas industrias mineras y agrícolas del país.

Sus comienzos en Lota, allá por el año 1896, cuando se introdujo la primera locomotora eléctrica en Chile para resolver el problema de la contaminación en los túneles de la minas de carbón, hasta su replicación en la minería del salitre y el cobre, todos, fueron hechos por cuenta y riesgo de privados que creyeron que en esta nueva tecnología como la solución a los diferentes problemas de transporte que les impedía desarrollar sus empresas.
Vaya para los anónimos forjadores de los Ferrocarriles Eléctricos de Chile, un saludo y un trabajo con pretensiones, para que no sean olvidados quienes nos dejaron un país que funcionó y en muchos casos sigue funcionando, como el FC de Tocopilla a El Toco, sobre un tendido ferroviario eléctrico como forma importante de transporte y desarrollo industrial.